viernes, 3 de septiembre de 2010

Un recorrido por el Centro Cultural Recoleta

El domingo 30 de mayo era el último día para ver estas exhibiciones en el Centro Cultural Recoleta. Dentro de ellas había muestras fotográficas.
De todas las muestras que vi, hubo dos que me llamaron mas la atención que el resto. La primera es una propuesta llamada “No”, de Mookie Tenembaum, la cual trata la problemática vinculada a la noción del cuerpo. En la muestra hay grandes fotografías en blanco y negro de mujeres de origen peruano “reales, desnudas, sin maquillaje, tinturas, liposucciones ni plásticos incorporados”. Según la fotógrafa, estas mujeres son la versión local de las famosas fotos de supermodelos, y derrumban los preconceptos sobre lo que debería ser el cuerpo humano, y lo que en realidad es.
En ella se expusieron cuatro fotos individuales, dos fotos grupales y otras fotos, grupales también, pero que en este caso representaban a Esperando a Margot. Algo llamativo de las imágenes, es que las cuatro mujeres estaban desnudas, pero usaban zapatos.
Todo esto se puede ver claramente en la foto; se nota que son mujeres reales, que las fotos están sacadas de forma natural, sin ninguna ayuda extra. Además las modelos no tienen ningún problema en posar desnudas y que la gente vea sus cuerpos tal cual son.
Con respecto a la reacción de la gente, hubo distintas expresiones, pero la mayoría se quedó bastante sorprendida por la fotografía de una travesti desnuda. Con todos los tabúes que hay en la sociedad con estos temas, es algo realmente llamativo, que no se espera en este pequeño recorrido.
La segunda muestra que me gustó, es “Lo que miran tus ojos...” de Cristina Fresca. Distinta de la anterior, ésta es una propuesta en la cual hay imágenes de hombres y mujeres de distintas edades, pero con una agregado: las fotos están invadidas por el rojo o el blanco, lo que diluye las imágenes. De esta forma la imagen se pierde entre el color, dando la sensación de lo visible y lo invisible.
Una de las imágenes mostraba a una mujer invadida por el rojo, quedando de forma visible sólo su cara y sus manos mas abajo, como apoyadas sobre algo. Otra mostraba a la misma mujer, y también se podía ver su rostro y sus manos, esta vez teniendo un colgante o gargantilla. Con respecto a las imágenes invadidas por el blanco, se trata de niños, rubios de ojos celestes, de los que sólo se ve parte de su cabello y sus ojos. En estos casos, la obra quiere mostrar que la luz, esa condición indispensable para poder ver, en exceso, puede generar una ceguera.
Uno de los efectos que causó en los espectadores, fue que no se trata de fotos normales, sino que para entenderlas hay que observarlas detenidamente y encontrar la figura perdida en el color, es decir, detenerse delante de la imagen, esforzar un poco la vista hasta encontrar esa figura perdida, y que al alejarse, la imagen se pierda nuevamente.



Vanina Codini